Las sorpresas de la vida

10 de Septiembre del 2009

Querido diario,

En primer lugar, quiero pedirte disculpas por haber estado 3 días sin contactar contigo. Mis padres han planeado un viaje sorpresa a Zaragoza, dónde he visitado pocos lugares por la falta de tiempo. Pero quería confesarte que...
Hoy por la mañana me he lebantado temprano, ya que teníamos hasta las 10:30 para almorzar en el restaurante del hotel donde me hospedaba. Me vestí y me dirigí hasta el ascensor, dónde piqué el botón para descender a la planta 0. Allí cogimos una mesa para proceder a almorzar. Cogí dos "croissants" y un vaso de leche y me dirigí dónde estabamos sentados.
Estaba tranquilamente comiéndome mi "croissant du chocolat" cuando de repente, una luz ilumina todo el comedor. Miré hacía allí, con un poco de asombro, y vi un ángel. Parpadeé dos veces, ya que creía que aún estaba en la habitación disfrutando de mi almohada blandita. Pero no, era real. Entonces, mi hermana, para arruinar el mejor momento del día, me dió una patada en la pierna para despertar de ése sueño tan precioso que no quería que terminara nunca.
Mi conciencia le habló a mi corazón y le dijo: "No te pongas nervioso, no te alborotes, tranquilízate". Pero éste no le hizo caso. De repente, me entraron muchas ganas de beber agua, así que me dirigí dónde se hallaba ésta. El caso es que cogí un vaso y lo rellené, y para poner más tensión en el asunto, el chicos que brillaba con todo su esplendor me estaba mirando. No sabía si era porque llebase la bragueta abierta o si tenia chocolate en la boca, pero me puse muy nerviosa. Con la mano vibrando como un terremoto, medio litro de agua se me caió en el suelo, y el cuarto que restaba se me cayó...
Me dirigia a mi mesa para disfrutar, aunque sea, de un quarto de litro de agua, ya que medio litro se quedó en medio camino. Pero las majísimas señoras de la limpieza que hacen muy bien su trabajo, limpiaron todo el suelo por el que había de pasar para llegar a mi mesa (ironía). Yo no sabía que estaba mojado, así que me ves a mí con la mano temblorosa y con la sonrisa de tonta dirigiéndome a mi mesa tan tranquila y voy y me resbalo como si fuése una pluma...¿Y sabes dónde voy a parar? En la silla del chico más guapo que había visto en mi corta vida, ya que en esos momentos desearia estar muerta. ¿Que por que? Pues por el simple hecho de que el poco agua que me quedaba se hallaba en los pantalones del chico. Y yo tan amable como soy, cojo un pañuelo y... ¿PERO QUE HACES? No le toques...ya sabes.... (decía mi conciencia).
Entonces de repente, el chico empieza a reír, y con razón. Me puse roja como el tomate más rojo del mundo. El chico, amable me dió la mano y me invitó a lebantarme. Me preguntó cómo me llamaba. Y como siempre, cuando me pongo nerviosa, empiezo a tartamudear. Así que no sé muy bien si se enteró de cómo me llamaba. El respondió diciendo su nombre: "Marc, encantado." Me propuso ir a dar una vuelta, y como te puedes imaginar, le dije un SÍ rotundo. Y llegó la hora de las despedidas, la peor parte despúes de conocer un ángel. Tenía que volver a Barcelona, y mis padres me esperaban dentro del coche. Marc me pidió mi número, y se lo di. Me hizo una perdida, y puse un nombre para ése contacto, MI ÁNGEL. No gosé decírselo en la cara, pero tenia que decirle algo para que nos despidiérmos de una manera especial. Le alargué la mano, el la cogió y de repente me empujó sobre su pecho, para darnos un abrazo. Cuando empezamos a deslazarnos para dirigirme a mi coche, de repente, mi nariz se empotró con la suya, y no pudimos evitar... el BESO de la despedida, MI PRIMER BESO.