Esa puesta de sol

12 de setiembre del 2009

Querido diario,
Ayer no pude contarte más, porque necesitaba descansar mis dedos. Hoy sigo con la historia de mi vida amorosa.
Al verle, mi corazón empezó a latir más rápido que nunca. Él, cuando me vio, alzó la mano y me hizo una de sus sonrisas perfectas que hacían sentirme especial. Le respondí con una sonrisa vergonzosa. Llegué donde esta él, me cogió de la mano derecha y me lanzó contra su pecho. Y luego me hizo uno de sus besos que me dejan atónita (como en la despedida de Zaragoza). Le miré con los ojos de...una chica...enamorada. Me cogió de la mano por unos instantes, nos dirigimos hasta un parque un poco dejado. Luego cambió de manera de cogerme. Puso su brazo derecho por detrás de mi espalda hasta llegar a mi cintura, donde apoyó su mano. Yo le pasé por dentro de su brazo, hasta llegar a su cintura.
Me llevó en un tipo de banco dónde no había ni una alma. Nos sentamos en un banco, contemplando unas vistas preciosas de la puesta de sol más bonita que había visto nunca.
Me vino un escalofrío, y Marc me ofreció su chaqueta. Le dije que no hacía falta, que yo estaría mejor si me abrazara. Y así hizo. Estuvimos mucho rato sin hablar, pero contemplando el paisaje. Y entonces, Marc comenzó a acercar su cara en mi oído y me dijo susurrando: Te quiero. Te quiero más que ayer y menos que mañana. Miré sus profundos ojos azules, le guiñé un ojo, y nos fundimos en un beso hermoso. De repente Marc me empezó a hablar de anécdotas que le habían pasado durante el transcurso de su vida. Y entonces, a mi tío se le caió todo el pastel de cumpleaños en la cara de mi padre-dijo entre risas. Yo estaba sumergida en mis pensamientos, y de repente sólo le pude decir: ¿Has tenido alguna otra...pareja? Él me miró con cara de despreocupación. Sí, he tenido un par-respondió. ¿Y tu?-preguntó. Tu eres el primero-añadí. Él me miró desconcertado. Tengo miedo de no ser tan buena como las otras chicas con las que has estado- le dije con un aire de preocupación. ¿Pero que dices? ¿Por que te crees que estoy contigo? Porque creo que eres muchísimo mejor que las otras- me respondió con una sonrisa. No se si te lo he dicho ya, pero, yo soy...virgen-le expliqué. ¿Y que tiene de malo eso?-preguntó. No se, pero es que yo quiero al menos probarlo antes de que me muera-respondí. Jajajajaja-hizo una mueca. Tranquila, ese momento llegará cuando menos te lo esperes. Y espero que sea conmigo-dijo con un poco de vergüenza. Yo también espero que sea contigo-añadí con la cara mirando hacia al suelo. Bueno, volvamos a casa, que ya está anocheciendo y tiene ganas de llover- dijo Marc. Vale-respondí. Entonces, me percaté que detrás del banco había una bicicleta, pero no le di importancia. Nos cogimos de la mano y regresamos a casa con un buen sabor de boca.

To be continued...